
Cómo reconocer el amianto es una pregunta que casi todos nos hemos planteado alguna vez ya que, en cualquier tipo de edificación con cierta antigüedad, algunos de sus componentes pueden contener amianto. Para detectar si nuestra casa, edificio o nave tiene amianto primero tenemos que conocer que es este componente, sin embargo, no intentes descubrirlo por tu cuenta manipulando material sospechoso bajo ningún concepto, ya que se trata de un producto altamente tóxico. Si crees que en tu vivienda o cualquier tipo de estructura hay amianto, en compra Hierro recomendamos que solo las empresas especializadas en amianto se hagan cargo del mismo y a su vez siempre recomendaremos apostar por materiales de construcción que garanticen una calidad inmejorable sin poner en cuestión nuestra salud como el panel sándwich o las chapas metálicas.

¿Qué es el amianto?
El amianto, también conocido como uralita (marca que lo comercializó), fibrocemento o asbesto, es un producto mineral formado de un grupo de silicatos fibrosos cuya composición química es variable. Debido a su estructura, un conjunto de haces de fibras con una unión muy fuerte entre las mismas, cuando se manipulan pueden dividirse longitudinalmente dando lugar a fibras hasta 800 veces más finas que las que existían originalmente, otorgando al amianto una gran resistencia al calor, maleabilidad, efecto aislante y una gran durabilidad con costos muy reducidos. Este material de construcción fue muy usado en las décadas de los 60, 70 y 80. En el amianto, existen dos grupos mineralógicos: las serpentinas (fibras curvadas) y los anfíboles (fibras rectas). En el primer grupo la variedad más común es el crisolito, también conocido como amianto blanco debido a su color antes de mezclarse con otros materiales durante la fabricación de distintos productos, y representa el 95% de la producción y uso mundial. Las variedades del segundo grupo más utilizadas son: la amosita (amianto marrón), la crocidolita (amianto azul).
Hay más variedades en estos dos grupos, sin embargo, su uso fue tan reducido y poco extendido que
prácticamente no queda ningún edificio o estructura con ese tipo de amianto.
Con el paso del tiempo el amianto, independientemente de su variedad, pierde esta capacidad de mantener unidas las fibras y estas haces pueden separarse fácilmente hasta en resultar en fibrillas
de tamaño microscópico. Este hecho hace que se dificulte en gran medida cómo reconocer el amianto y su posible daño a la salud. A Raíz de este descubrimiento el amianto fue prohibido definitivamente en
España en el año 2002 ya que suponía un riesgo para la salud.
¿Dónde se encuentra el amianto?
El amianto es su forma natural, se puede encontrar prácticamente en todas las partes del mundo, adherido a su roca madre en forma de capas que es de dónde se extrae para su posterior manipulación y preparación, encontrándose sus yacimientos más importantes en Sudáfrica, China, EEUU, Rusia y Canadá.
Como mencionamos anteriormente, su uso en los sectores de la construcción fue ampliamente empleado durante las décadas comprendidas entre los 60 y los 80, por lo que, si la edificación en la que nos encontramos fue realizada en esas fechas y no ha sufrido ningún tipo de reforma o renovación, muy posiblemente pueda contener amianto.
Este material está presente en el recubrimiento de tejados, baldosas y azulejos, así como productos de cemento. También era usado para materiales ferroviarios, objetos de construcción naval, reparación y desguace de barcos, así como en la siderurgia o en el sector eléctrico.

Enfermedad del amianto
Las enfermedades derivadas del amianto provienen principalmente de la inhalación de las fibras microscópicas que suelta al perder su capacidad de unión. El efecto del amianto disuelto en el ambiente no es inmediato, si no que provoca daños en la salud al cabo de diez, veinte, treinta e incluso cuarenta años, sobre todo a nivel pulmonar. Por ello existen diferentes protocolos de atención sanitaria específicos sobre el amianto.
Además, el amianto es un carcinógeno, por lo que una de las principales enfermedades que causa y más peligrosas es el cáncer de pulmón. Otra enfermedad que provoca al estar a una continua exposición del mismo es la asbestosis, formando una fibrosis pulmonar, dificultando la capacidad respiratoria con el paso del tiempo hasta generar graves complicaciones.
El amianto no solo ataca a nivel pulmonar, sino que también puede ocasionar otros tipos de cáncer como cáncer de estómago, páncreas, recto y también puede provocar un mesotelioma maligno, un tipo de cáncer que afecta al peritoneo y a la pleura. Este último carece de cura y una vez detectado, la esperanza de vida es menor a un año.
El principal peligro es que todas estas enfermedades es que no presentan síntomas inmediatos, por lo que en muchas ocasiones, al tener un diagnóstico tardío puede resultar en un desenlace fatal.
En comprahierro queremos reiterar una vez más, si sospechas que puede haber amianto en la casa, edificio o cualquier tipo de estructura donde te encuentres, contactes con una empresa especializada de amianto para su correcta retirada.